Los niños que presentan problemas de conducta- tales como hiperactividad, irritabilidad, ansiedad, dificultad para relacionarse-o retraso en el desarrollo de algunas actividades motoras e intelectuales- como andar o hablar- en pocas ocasiones son comprendidos por sus padres y profesores. Éstos ignoran que puede tratarse de una disfunción de origen neural y exigen a los pequeños un mayor esfuerzo o los castigan.
Todos los niños nacen con la capacidad de organizar la información que captan a través de sus sentidos y la transforman en experiencias que determinan su relación con el mundo inmediato, pero en algunos casos hay disfunciones en el proceso de integración sensorial: las palabras y las ideas son insuficientes para que el cerebro organice eficazmente los estímulos que percibe; sólo mediante la aplicación de terapias ocupacionales o físicas y con la comprensión de los padres, el niño tendrá la posibilidad de corregir estos problemas y llevar una vida normal.
Existe la publicación en castellano de dos libros sobre la integración sensorial:
AYRES, A. J. (2003), La integración sensorial y el niño, Traducción: Teresa Carmona Lobo, Editorial Trillas, Méjico.
BEAUDRY BELLEFEUILLE, I. (2003), Problemas de aprendizaje en la infancia – La descoordinación motriz, la hiperactividad y las dificultades académicas desde el enfoque de la teoría de la integración sensorial, Ediciones Nobel, Oviedo.
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